Karla Riquelme Ramos

Coordinadora Clínica Jurídica

Universidad Andrés Bello, Concepción

Aún en pleno siglo XXI hay seres humanos reducidos a mercancía, tratados como medios y no como fines. La trata de personas, que muchos imaginan distante o propio de otras geografías, opera con sigilo entre nosotros, encubierto por la rutina, la indiferencia y la opacidad institucional. Chile no está al margen: forma parte de esa dolorosa cartografía del silencio que permite que la dignidad humana sea degradada ante nuestra mirada distraída.

De acuerdo con estimaciones internacionales, este crimen es actualmente el tercer delito más lucrativo a nivel mundial, tras el tráfico de drogas y armas, generando beneficios ilícitos por medio de la captación, traslado, acogida y explotación de personas mediant

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