Francisco San Martín Álvarez, un empresario de Coquimbo, ha sido señalado como el líder de una banda dedicada al robo de cobre, conocido como "oro rojo". Según el Ministerio Público, San Martín operó durante más de una década, utilizando facturas falsas y testaferros para blanquear el material robado y así integrarlo al sistema financiero. Las investigaciones revelan que logró exportar cobre a India y Europa, causando un perjuicio fiscal de más de $1.507 millones por delitos tributarios hasta mayo de 2024.
La historia de su caída comenzó el 12 de octubre de 2022, cuando fue detenido en flagrancia por Carabineros tras una denuncia anónima. En su chatarrería, ubicada en Tierras Blancas, se encontraron 661 cátodos de cobre, que habían sido robados a la empresa Antofagasta Railway Company, parte del grupo Luksic. Estos cátodos, que pueden pesar hasta 90 kilos, eran propiedad de varias mineras, incluyendo Codelco.
La investigación se reactivó el 4 de agosto de 2023, cuando un testigo anónimo proporcionó información crucial sobre las operaciones de San Martín. Este testigo reveló que San Martín era el único comprador de cable de cobre robado en la región, que ha sido la más afectada por este tipo de delitos. Según la Compañía General de Electricidad (CGE), Coquimbo lidera el robo de cables en Chile, con 59.198 metros sustraídos entre enero y junio de este año.
El testigo también mencionó que San Martín obtenía ganancias mensuales superiores a $130 millones. La situación ha generado un impacto social significativo, ya que muchas localidades pequeñas sufren cortes de luz prolongados debido a estos robos, afectando a personas electrodependientes. La investigación continúa mientras las autoridades buscan desmantelar completamente esta red criminal.