
La comida picante está ligada a la gastronomía mexicana , y al igual que en otras partes del mundo como la India o China, muchos platillos parecen no estar completos sin al menos una porción de salsa o de chiles frescos que le acompañen. Desde hace ya un tiempo sabemos por qué la comida picante nos produce una ligera y agradable sensación de dolor en la boca, pero ahora hemos ido un paso más lejos al descubrir que, de hecho, esto nos puede traer una mejor salud cardiovascular y cerebral .
La capsaicina , la sustancia que vuelve picantes a los alimentos, ha podría ser la responsable de que sus consumidores tengan menos probabilidades de sufrir infartos , de acuerdo con un estudio de gran escala realizado en China . Tras más de 20 años de análisis , se determinó que quienes adquirieron el hábito de comer picante desde más jóvenes tenían una menor probabilidad de sufrir estos problemas.
Un estudio impulsado por ocho oficinas, centros médicos y laboratorios distintos de China, recolectó información de 54,859 habitantes de Pengzhou , en Sichuan , mientras que una versión más breve, pero a mayor escala del estudio fue realizada por 12 años, con 486,335 participantes . En ambos casos se demostró una relación directa entre los hábitos alimenticios de los participantes, en cuanto a sus preferencias por el picante, y la tasa de enfermedades cardiacas y cerebrovasculares que padecían.
El primer estudio, publicado en 2025 en la Chinese Journal of Epidemiology , abarcó adultos de entre 30 y 79 años. En 2004 se les encuestó sobre la cantidad de días a la semana que incluían alimentos picantes a su dieta, la edad a la que comenzaron a hacerlo y si padecían alguna enfermedad relacionada con el sistema cardiaco o cerebrovascular. Quienes lo consumían entre seis y siete días por semana demostraron tener un 11% menos de probabilidad de sufrir estos padecimientos.
Además, el picante moderado demostró ser el más efectivo , con un 14% menos de probabilidad, mientras que el picante intenso y el picante suave solo llegaron al 9% y 7% respectivamente. El estudio determinó que no hay relevancia en el método elegido para consumirlo, desde salsas, de forma directa, como ingrediente o en aceites, pues el beneficio fue el mismo.
La edad en la que se integra el picante en la dieta sí que pareció tener relevancia, pues entre más jóvenes comienzan, mayores beneficios se encontraron. Aquellos que comenzaron a consumir picante antes de los 10 años demostraron una caída importante en el riesgo de cardiopatías isquémicas y enfermedades cerebrovasculares. Entre más tarde se comenzó con la ingesta de picante, estos beneficios disminuyeron. A partir de los 21 años no hubo relevancia .

Aunque el estudio explica que aún falta investigación adicional para aclarar las causas de estas relaciones, una posible respuesta puede estar ligada a la capsaicina , la sustancia que genera el sabor picante y que está presente en la mayoría de chiles como un mecanismo de defensa contra depredadores. Previamente se le ha relacionado con mejoras al perfil metabólico, además de descubrir propiedades antioxidantes.
Es importante aclarar que el estudio no invita a consumir picante de manera indiscriminada para obtener los beneficios a la salud cardiovascular y cerebrovascular, pues hay que tener en cuenta que no todas las personas presentan la misma tolerancia al picante. Además, los beneficios también pueden ser obtenidos a través de buenos hábitos de dieta y ejercicio .