Saliendo de Santa Marta por la carretera nacional que conduce a La Guajira, hay un sector que invita a dejar los pensamientos negativos atrás. Es ‘Perico Aguao’, el punto de referencia para llegar a la única comunidad arhuaca que vive frente al mar Caribe: Katanzama, pueblo arraigado a las frescas montañas de la Sierra Nevada en el Cesar que bajó a encontrarse con las olas del Magdalena.

Kutunzama, como lo escriben los arhuacos, es el hogar de alrededor de 200 personas y más de 60 familias, parte de ellas han estado rondando este sector cercano al río Don Diego desde hace décadas y solo hasta hace 15 años pudieron establecerse en medio de los grupos armados, apoderados de fincas y presuntos invasores de tierras. “Duramos un mes aquí…, nos reunimos las comunidades indígenas con los mamos y

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