El cambio en los hábitos de consumo mitiga el impacto del encarecimiento de los alimentos en la economía familiar
Los precios encadenan dos meses de subidas, pero ya no presionan tanto como en 2022, cuando se incendiaron y la inflación alcanzó niveles inéditos en cuatro décadas. En julio, el Índice de Precios al Consumo (IPC) aumentó un 2,7%, muy lejos del 10,8% marcado exactamente hace tres años. La escalada de los alimentos también ha aflojado y ha seguido la estela de la inflación general: los comestibles se encarecieron un 2,7% en el séptimo mes del año. Aunque el precio de varios artículos repuntó por encima de la media, por ejemplo los huevos, otros se abarataron con fuerza, como el aceite de oliva y el azúcar. Desde julio de 2021, la referencia anterior a la crisis inflacionista