Por
A lo largo de mis años de ejercicio profesional y en la representación gremial de nuestros colegas psicólogos y psicólogas, he sido testigo de muchos debates en torno a las distintas corrientes terapéuticas. Sin embargo, pocas veces he visto un cruce tan delicado y potencialmente peligroso como el que hoy nos plantea la creciente irrupción de la inteligencia artificial en el campo de la salud mental.
En los últimos meses, proliferan noticias, podcasts, artículos y hasta “testimonios” que sugieren que la IA podría reemplazar los tratamientos psicológicos. Algunos la presentan como una solución accesible, rápida y sin demoras. Incluso se celebran aplicaciones que, mediante un chatbot, ofrecen “terapia” las 24 horas.
Como secretario general de esta asociación, pero sobre todo como psic