La noche del martes la Liga Mexicana vivió situaciones un poco fuera de lo común. Los diamantes donde se juegan playoffs se encendieron en serio, desde Mérida hasta la Comarca Lagunera.
En el Parque Kukulcán un pelotazo a Robinson Canó , capitán de los Diablos, propició que casi se vacíen las bancas ante los Leones.
Los umpires, desde luego, tuvieron mucho que ver con sus conteos y forma de aplicar criterios y reglamentos.
En el Estadio de la Revolución Mexicana de Torreón se vivió una experiencia desagradable en todos los sentidos, propiciados por la decisión de los oficiales. Allá jugaban Toros de Tijuana contra Algodoneros del Unión Laguna.
El umpire de home, Ulises Domínguez , decretó como foul ball una jugada que a muchos pareció foultip y ponche. El relevista algo