HECHOS

Nadie puede dudar de los beneficios que ha traído el uso del celular. Es una ayuda extraordinaria, fruto de la gran capacidad intelectual que Dios ha puesto en nuestras mentes.

Podemos relacionarnos mejor, conocer varias opciones y decidir muchas cosas en la vida. ¡Cuánto se ha facilitado lo que antes nos costaba tanto trabajo! Sin embargo, en algunos casos se ha convertido en un instrumento que ata tanto a las personas que no pueden vivir sin estar a todas horas pendientes del mismo, y con ello se distancian de las personas y de la realidad.

Una persona me consultó si su confesión sacramental había sido válida, porque el sacerdote que la atendió en el confesionario durante todo el tiempo estuvo viendo y manejando su celular. Desde que empezó la confesión y la persona iba diciend

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