La inquietud por ver reducidos los avances obtenidos tras meses de entrenamiento suele estar presente entre quienes dedican esfuerzo y constancia al fitness , según reportó GQ. Ante situaciones como un viaje, una semana laboral exigente, una molestia física menor o la simple necesidad de desconectar, la posibilidad de pausar la rutina despierta el temor a que la masa muscular se pierda con rapidez.
Este miedo, alimentado por mitos y mensajes en redes sociales, lleva a muchos a evitar cualquier interrupción, incluso cuando el cuerpo y la mente piden un respiro. Sin embargo, diversos estudios y organismos internacionales especializados coinciden en que las pausas cortas forman parte natural del proceso de adaptación física y no ponen en riesgo el esfuerzo realizado
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