Omar Reyes lanzó ayer un poderoso discurso en el Congreso en su ratificación como nuevo jefe de la unidad antilavado, pues fue muy significativo que dijera a diputados y senadores que no será un instrumento de persecución, que siempre actuará con imparcialidad. Nos platican que esto fue interpretado que no habrá un manejo político de la Unidad de Inteligencia Financiera (UIF), lo que le valió ser avalado sin ningún voto en contra, además de que solicitó la venia a cambio de poner todo su empeño, algo que se le olvidó a María del Carmen Bonilla o estuvo mal asesorada, quien más bien dio una clase de finanzas, pero no para principiantes. Sólo se limitó a agradecer a la presidenta Claudia Sheinbaum y al secretario de Hacienda por su confianza para nombrarla subsecretaria del ramo.

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