Al frente de su negocio, un comerciante del barrio Manila ubicó varias materas alargadas, de poca altura y hechas en cemento, para delimitar la porción de calzada vehicular que siempre había funcionado como dos de las celdas pertenecientes a una de las zonas de estacionamiento regulado (ZER) en este dinámico sector.

Ahora, gracias a ese cerramiento, el local puede ubicar más sillas y mesas. Vecinos y líderes comunitarios de Manila dieron la voz de alarma frente a lo que parecía, a sus ojos, “otro atropello y abuso del espacio público” por parte del comercio, dedicado allí mayoritariamente a restaurantes, bares, cafeterías, heladerías, hoteles y servicios conexos.

La sorpresa fue mayor cuando, consultando con el comerciante en mención, los quejosos descubrieron que se trataba de un

See Full Page