Luis, de 90 años, agricultor, me contó en una ocasión que no le tenía miedo a la muerte, pero sí al dolor y a la soledad. Uno de los temores de las personas en la última etapa de su vida es el miedo al dolor y a la soledad.
La palabra acompañar es muy compleja, no se trata de acompañar a la amiga a hacer compras a un centro comercial. La palabra acompañar viene del latín, compartir el pan, y es un proceso fundamental en los momentos finales de la vida.
Se ha demostrado que las personas que mueren acompañadas sufren menos que las personas que mueren en soledad. Incluso cuando el enfermo está en coma y aparentemente en estado vegetal, siente la presencia y compañía de algún ser querido.
En algunos países han desarrollado el acompañamiento como parte del tratamiento del enfermo moribundo.