Los legisladores que entregarán a jubilados y discapacitados para congraciarse con el Presidente fueron a un encuentro en Olivos al que llamaban cena pero en el cual no había comida.

Tan es así que cuando algunos empezaron a quejarse, cerca de las 11 de la noche, el mandatario mandó a comprar empanadas y, fiel a su estilo de ser raro, solo pidió de pollo y de jamón y queso.

Los invitados tuvieron que dejar su celular en la puerta de la quinta durante cuatro horas preocupando a sus familiares y amigos pero al menos pudieron disfrutar de la última película de Francella y una de la historia preferidas por el Presidente que es sobre una falsa denuncia.

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