La inteligencia artificial (IA) está apareciendo en todos los rincones del mundo empresarial, pero en sectores de alto riesgo como las finanzas y los impuestos, su verdadero valor no radica en la velocidad por sí misma. Se trata de reducir la fricción, aumentar la precisión y brindar a los equipos sobrecargados las herramientas para concentrarse en lo que más importa.

En nuestra empresa, aplicamos la IA para interpretar documentos fiscales complejos y no estructurados —de decenas o incluso cientos de páginas— y convertirlos en datos limpios y estructurados que se integran directamente en el software fiscal en cuestión de segundos.

Este tipo de automatización no se trata de creatividad. Se trata de hacer las cosas bien a la primera: de manera precisa, coherente y en total cumplimien

See Full Page