El aumento de los grados centígrados provoca que el corazón empiece a bombear más sangre a la piel y esta se ventila por el efecto del sudor, lo que crea un sobreesfuerzo al corazón, que debe trabajar aproximadamente tres veces más, explica el jefe de Cardiología del Hospital Universitario Nuestra Señora del Rosario, Antonio Álvarez-Vieitez. Además, el experto añade que, "de persistir la situación, o en el caso de que el individuo tenga el corazón débil, se origina una insuficiencia cardiaca con signos de fatiga".
Al mismo tiempo, el riñón, al recibir menos sangre, "hace que sus arterias se contraigan y sea insuficiente para depurar la sangre, lo que hace perder sales y líquidos y conducir a la deshidratación". En este sentido, el doctor Álvarez-Vieitez advierte sobre el peligro "habitual