Ourense sigue mirando sus montes con angustia, preocupación y temor. La ola de incendios no da tregua y el viento es un mal compañero para las labores de extinción, pero una gran ventaja para la propagación de las llamas. En tan solo una jornada los distintos fuegos pasaron de consumir 5.000 hectáreas a prácticamente triplicar la cifra . Según el balance de las 20.30 horas de este miércoles, la Consellería de Medio Rural estima que 12.520 hectáreas —teniendo en cuenta solo los fuegos activos y no aquellos estabilizados y controlados— arden sin freno en distintos puntos de la provincia, dejando un reguero de desalojos, núcleos confinados, carreteras cortadas y heridos en una lacra que sigue sin estar bajo control.

Desde la madrugada del miércoles más de 500 personas se vieron afectadas

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