Si pensabas que las tostadas francesas no podían reinventarse, la calabaza llega para demostrar lo contrario. Este ingrediente, tan nuestro en invierno y otoño , suma dulzura natural, color y una textura cremosa para un desayuno completo que convierte cada bocado en un abrazo de abuela.
La idea no es que te compliques: esta receta es rápida, lleva pocos ingredientes y la podés adaptar a lo que tengas en casa . La clave está en un par de pasos simples y en dejar que el pan absorba la mezcla justa para lograr el equilibrio entre crocante y esponjoso.
El resultado es una versión más aromática y nutritiva de un clásico , que además combina de maravilla con frutas de estación y un toque de miel o sirope . Una opción perfecta para arrancar el día con energía… y una sonrisa.