La mejor cara que mostró River en el segundo tiempo después de una pésima etapa inicial no puede confundir: los dirigidos por Marcelo Gallardo debieron vencer a un débil Libertad de Paraguay en la ida de los octavos de final de la Copa Libertadores . El duelo, de vuelo chato, terminó igualado sin goles. Así, todo se definirá el próximo jueves en el Monumental.
Gallardo debe y tiene que estar preocupado porque su River no solo no despega, sino que partido a partido regala largos pasajes de mal juego . Las buenas sensaciones de los duelos iniciales del semestre se esfumaron y lo actual parece ser una continuidad de la muy mala primera parte del año. Nadie imaginó que los de Núñez iban a extrañar tanto y tan pronto a Maximiliano Salas. Desde que el ex Racing se lesionó, River volv