El presidente de EE UU apunta a la posibilidad de un encuentro futuro entre los líderes de los dos países enfrentados en el que se aborde el intercambio de territorios

Los ojos del mundo —sobre todo los de Ucrania y de Europa— estarán fijos este viernes en la cumbre que los presidentes de Estados Unidos, Donald Trump, y de Rusia, Vladímir Putin, celebrarán en la base militar de Elmendorf-Richardson, en las afueras de Anchorage, en la costa de Alaska. La Casa Blanca, deseosa de rebajar expectativas, ha descrito el encuentro como una mera toma de contacto, en la que las decisiones quedarán para más adelante, en una posible cumbre entre Putin y el ucranio Volodímir Zelenski. Pero los gobiernos europeos y Kiev, ausentes del tête à tête , contienen el aliento . El temor es que, pese a la

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