Cada 15 de agosto, la Iglesia recuerda que María fue llevada en cuerpo y alma al cielo. Detrás de esta fiesta hay dos tradiciones sobre dónde vivió sus últimos días, pero un mismo mensaje: la vida no termina en la tumba .

El 15 de agosto, la Iglesia católica en todo el mundo se viste de fiesta para celebrar la Asunción de la Virgen María . No se trata solo de una fecha del calendario, sino de una proclamación de fe: que la Madre de Jesús, al concluir su vida terrena, fue llevada en cuerpo y alma al cielo.

Este misterio, vivido por la comunidad cristiana desde los primeros siglos y proclamado como dogma por el papa Pío XII en 1950, no es solo un privilegio para María. Es una señal para todos los creyentes de que la muerte no tiene la última palabra, sino que la vida en Dios es

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