"Antes oíamos el canto de las chicharras", dice un bañista que recuerda cómo era la cala del Portitxol (o la Barraca) hace diez años o más. Pero el tardeo lo ha revolucionado todo. La cala es un festival. Ni rastro del cricrí. El nuevo turismo de Xàbia es de mucho volumen. Esta playa, tras el ajetreo de bañistas, recuperaba la

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