En el corazón del barrio mágico de San Sebastián, el cielo retumba con el estruendo de los voladores, mientras repican las campanas anunciando la llegada del gremio La Asunción para rendir tributo a su patrona.

Ayer al mediodía y, bajo un Sol tenue que las nubes cubren por momentos, el fervor se hace palpable. Decenas de feligreses avanzan hacia el templo parroquial de San Sebastián Mártir portando estandartes, flores y un nuevo vestido con ornamentos para la imagen de la Virgen.

La fiesta en honor a Nuestra Señora de la Asunción es una de las tradiciones más arraigadas de Mérida. A diferencia de otros puntos de la ciudad, donde el número de socios ha disminuido con los años, en este barrio la devoción parece renovarse cada ciclo festivo.

Aunque por momentos el cielo se nubla, el calor

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