El enclave se ubica a solo 30 minutos de San Isidro , en una zona selvática del Delta, y ocupa un predio de 76 hectáreas dividido en 32 chacras . El corazón del desarrollo lo constituye una reserva natural de 36 hectáreas protegidas , que mantiene la biodiversidad y el ritmo propio del ecosistema ribereño.

La vegetación y la fauna autóctona generan una atmósfera de aislamiento, que redefine el concepto tradicional de barrio privado y lo orienta hacia una experiencia de inmersión en la naturaleza .

La vivienda principal, diseñada bajo criterios de sustentabilidad integral , incorpora energías alternativas y tecnologías de bajo impacto ambiental. La arquitecta Estela Alvarenga explicó a Infobae Deco que el propósito fundamental es “habitar la naturaleza, no dominarla”, y que

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