El autor de esta columna escrita para CIPER analiza el sistema político actual que deja poco espacio a la aparición de nuevos liderazgos y que se va autoreproduciendo. Sostiene que en este contexto «la izquierda se convirtió en lo que criticaba: un sistema de puertas cerradas que reparte el poder entre unos pocos, solo que ahora los criterios de exclusión son culturales en lugar de económicos. Para escapar de esta contradicción, la izquierda debe pelear por derechos materiales que se puedan aplicar universalmente basados en un concepto amplio de ciudadanía, no en participación tribal. Debe volver a los territorios, a los sindicatos, a las organizaciones sociales que existen más allá de las universidades. Solo construyendo poder desde abajo, con quienes viven cotidianamente las contradiccio
Entre la épica y el vacío: el callejón político de Chile

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