El año de la presidencia del Senado a cargo de “un plebeyo” terminó con música de cámara, tamales, mariachis y un llamado a la unidad entre los integrantes de su propia coalición partidista por parte de Gerardo Fernández Noroña.

Como lo hizo un año atrás, cuando fue nombrado presidente de la Cámara alta, el morenista agradeció al “pueblo de México” la posibilidad de llegar al cargo que él mismo ha juzgado como el más importante de su carrera política.

Al inicio con música barroca y al final con mariachi, Fernández Noroña cerró su presidencia en el Senado con dos discursos , uno dentro de la antigua sede del Senado en la casona de Xicoténcatl, con invitados como políticos y empresarios en su mayoría, y otro en el patio exterior del edificio, con personas que vieron la transmisión en p

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