El gobernador de Florida, Ron DeSantis, confirmó este jueves que el estado habilitará la antigua Baker Correctional Institution, cerrada desde 2021, como un nuevo centro de detención para inmigrantes. El proyecto, que costará aproximadamente 6 millones de dólares y contará con 1.300 camas con proyecciones para retener a 2 000 personas, se presenta como una respuesta a la creciente presión por alojar a quienes esperan procesos de deportación.

La instalación, situada a unos 69 kilómetros al oeste de Jacksonville, ha sido apodada informalmente “Deportation Depot” por su función principal: concentrar detenidos para su expulsión del país. Según las autoridades estatales, el centro podría entrar en operaciones en un plazo de dos a tres semanas.

Un plan que aprovecha la infraestructura penitenc

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