Donald Trump y Vladimir Putin se encuentran en Alaska, en la base Elmendorf-Richardson, para discutir el futuro de la guerra entre Ucrania y Rusia. Este encuentro marca el regreso del presidente ruso a territorio occidental desde el inicio del conflicto en Ucrania. Ambos líderes se saludaron con un apretón de manos ante la prensa y se preparan para una cumbre que podría ser crucial para la resolución del conflicto.

Trump ha expresado su deseo de que Putin regrese a la mesa de negociaciones. En declaraciones previas, el presidente estadounidense afirmó que la reunión podría ser una "reunión de tanteo" y calculó que hay un 25% de probabilidad de que no sea exitosa. Sin embargo, también mencionó que si la cumbre resulta positiva, podría convocar a Volodimir Zelensky para un encuentro tripartito.

Putin, por su parte, llega a la reunión con exigencias claras. El Kremlin demanda que Ucrania reconozca la soberanía sobre los territorios ocupados, incluyendo Crimea, Donetsk, Lugansk, Zaporiyia y Jersón. Zelensky ha rechazado estas condiciones, insistiendo en que cualquier negociación sobre el futuro de Ucrania debe incluir su participación.

La elección de Alaska como lugar de la cumbre tiene un significado histórico, ya que Estados Unidos compró este territorio a Rusia en 1867. Además, la ubicación es estratégica, dado que Estados Unidos no es parte de la Corte Penal Internacional, que tiene una orden de arresto contra Putin por crímenes de guerra.

Trump ha mantenido comunicaciones con líderes europeos y Zelensky antes de la cumbre, y se espera que, tras el encuentro, consulte sobre los resultados. La Casa Blanca ha indicado que el presidente estadounidense está dispuesto a presionar a Putin para que acepte un acuerdo que no implique la pérdida de soberanía para Ucrania.

El analista Lucien Kim ha señalado que mientras Trump busca un acuerdo de paz, Putin podría estar más interesado en mejorar las relaciones con Estados Unidos, sintiéndose en una posición de fuerza en el conflicto. La cumbre se desarrolla sin la presencia de Zelensky ni de líderes europeos, lo que ha generado preocupación en Bruselas sobre la posibilidad de que se tomen decisiones sin la aprobación de Ucrania.

La reunión se presenta como una oportunidad para ambos líderes de abordar un conflicto que ha causado miles de muertes y ha alterado el equilibrio geopolítico en Europa. Se espera que, si la cumbre es exitosa, se establezca una hoja de ruta hacia un armisticio final entre Kyiv y Moscú.