Los días son eternos en el nuevo centro de detención de migrantes en los Everglades de Florida. Recluidos en espacios sin ventanas ni relojes, bajo lámparas siempre encendidas y casi sin ver la luz del sol, los presos pierden la noción del tiempo.
Varios detenidos, familiares y abogados denuncian pésimas condiciones de internamiento en el lugar apodado «Alcatraz de los Caimanes»: suciedad por doquier, falta de atención médica, malos tratos y violación de sus derechos legales.
«Ni a un animal lo tratan así. Esto es como una tortura», dijo Luis González, un cubano de 25 años, que llamó a la AFP desde el interior del centro.
Florida levantó en ocho días estas instalaciones -abiertas el 2 de julio en un aeródromo abandonado en el humedal de los Everglades- para ayudar a la administración de