Todos los sentimientos vividos durante la semana de fiestas concentrados en unos minutos, con el corazón en un puño, la piel de gallina y más de una lágrima deslizándose por la mejilla. Así han vivido los peñistas y miles de oscenses los instantes en los que la peana de San Lorenzo se ha asomado por la puerta de la basílica para cantar al unísono el ‘Adiós, San Lorenzo, adiós’. Un acto muy emotivo, que este año ha comenzado quince minutos antes al tener que adelantarse la traca por el inicio de la alerta roja plus por riesgo de incendio forestal, pero que ha vuelto a llenar la plaza San Lorenzo hasta la confluencia con el Coso Bajo y calles aledañas.
A pesar del cansancio acumulado de la semana, más de una hora antes, los oscenses han comenzado a concentrarse en torno a la iglesia , a