Una serena emoción me embarga cada vez que mis ojos recorren el diseño que el pintor Attilio Rossi creó en Argentina, mientras nuestro país se desangraba, para los títulos de la colección Austral de la filial sudamericana de la editorial Espasa-Calpe.
La visión del símbolo de la constelación de Capricornio y de la inconfundible trama de offset ampliada que otorgan personalidad común a todos esos libros, me conduce al recuerdo de muchas tardes de infancia, acompañando a un padre bibliófilo –aunque no tan apasionado lector como mi madre– en sus errabundos paseos por librerías ya desaparecidas.
Para cuando, en pleno franquismo, la casa matriz procedió a introducir la fórmula en España, esta presumía de más de un millar de apuntes en el catálogo argentino. Por lo que el servicio prestado –a