El escocés, de 27 años, no solo dominó la jornada, sino que tejió una exhibición que ya tiene sabor a leyenda. "Solo han pasado 36 hoyos, pero cada golpe cuenta como si fuera el último" , comentó entre sonrisas, aunque su tarjeta hablaba por sí sola: 126 golpes acumulados (-14) , una ventaja de cinco sobre el número uno del mundo, Scottie Scheffler.
El viernes fue una coreografía perfecta. MacIntyre cerró su primera ronda con seis birdies consecutivos para un 62, y al día siguiente, en el hoyo 1 —un monstruo de 476 yardas—, dejó la bola a cinco pies con un tiro que parecía sacado de un tutorial. "Ayer el putter ardía; hoy fueron los hierros los que bailaron" , admitió. Lo curioso: ni un solo bogey en 36 hoyos. Mientras, Scheffler, con un 65 impecable pero insuficiente, se aferraba