Bolivia acude este domingo a las urnas para elegir presidente y renovar la Asamblea Legislativa en unas elecciones que podrían poner fin a casi dos décadas de hegemonía del Movimiento al Socialismo (MAS) . El partido fundado por , que llegó al poder en 2006 como un bloque imbatible, enfrenta hoy una fractura interna y un desplome en las encuestas que amenaza incluso su existencia legal.

La campaña ha transcurrido bajo la sombra de una crisis económica que atraviesa todos los hogares . El déficit fiscal roza el 10% del PIB, la inflación acumulada hasta julio se acerca al 17% y las colas en las gasolineras forman parte del paisaje urbano. Conseguir dólares o productos básicos se ha vuelto una prueba diaria de paciencia.

La ley boliviana exige que para ganar en primera vuelta un candida

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