El gobierno de Lai Ching-te ha presentado un controvertido proyecto de ley que endurece las condiciones para que los ciudadanos del continente obtengan residencia en la isla, para contrarrestar lo que considera una creciente infiltración de Pekín .

La medida, condenada con furia por como un ataque a las relaciones transfronterizas, refleja el pulso de un territorio que se blinda ante las sombras de la ambigüedad identitaria y las presiones militares de su vecino.

La iniciativa, impulsada por el Ministerio del Interior y alineada con la estrategia de seguridad nacional de 17 puntos de Lai, exige a los solicitantes renunciar formalmente a su registro familiar en China continental y entregar pruebas notariadas de haber anulado su pasaporte chi no –incluso cortando una esquina del docu

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