Barcelona A finales de los años 80, el director de cine Bernardo Bertolucci apareció por Tánger. En la ciudad pocos se sorprendieron, ya estaban acostumbrados a recibir a gente curiosa que parecía huir de algo o buscando inspiración. Bertolucci iba buscando al escritor estadounidense Paul Bowles, que en 1949 había escrito El cielo protector en Tánger en plena crisis existencial. Había imaginado un relato de pérdida y destrucción sobre un matrimonio estadounidense que va deshaciéndose en Marruecos. Un relato duro y mágico que fascinaría a millones de personas. Una de ellas, Bernardo.

El director italiano pidió dormir en el Hotel Fuentes, aquel en el que pasó largas temporadas Bowles en una época difícil, ya que su mujer sufría entonces problemas psiquiátricos que le llevarían a un hospi

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