Mientras los servicios de extinción trabajan a destajo para frenar el avance imparable de las llamas del sureste de Ourense, fuegos ya estabilizados se reactivan y surgen otros nuevos que obligan a decretar el nivel 2 de alerta por cercanía a núcleos poblados.
La virulencia de esta ola incendiaria lleva a Galicia al límite. Los múltiples focos, un cóctel meteorológico "perfecto" , la extensión de unos frentes que se alargan decenas de kilómetros, la mala visibilidad por el humo y la dificultad de acceso a algunas zonas hacen que el trabajo de las brigadas y medios aéreos sea titánico, pero, al menos de momento, también infructuoso .
Ante esta situación el presidente de la Xunta de Galicia , Alfonso Rueda, pide ayuda al Gobierno. Reclama que le envíe "cualquier medio que esté disp