Tal y como esclarecen las últimas estadísticas del Centro de Investigaciones Sociológicas, en torno al 42,5% de los españoles se considera de clase media-baja . Sin embargo, en el otro lado de la balanza, el estudio del CIS también avala que, de la masa analizada, tan solo 0,6% de los mismos se identifica con la clase más alta de la pirámide. De esta suerte, la diferencia más que notoria no solo refleja una desigualdad económica, sino también saca a la luz profundas disparidades en los hábitos rutinarios y estilos de vida. A lo largo de los años, estas diferencias se han manifestado en aspectos cotidianos como el acceso al ocio, la alimentación, la salud o la educación y, en consecuencia, esto se traslada al modo de disfrutar las vacaciones que tiene cada grupo.

La clase alta suele disf

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