En una charla cercana y llena de anécdotas, Marcelo Orrego abrió las puertas a su infancia y recordó aquellas pequeñas travesuras que toda persona hace cuando es niño. Entre risas y complicidad, el mandatario relató cómo la picardía formó parte de su crecimiento y lo enseñó a divertirse mientras aprendía de los límites.
"Me mandaba mis macanas, travesuras de chico uno siempre hace, para eso uno es niño", contó Orrego con una sonrisa, dejando entrever la inocencia de aquellos recuerdos. Entre sus “picardías” más recordadas mencionó la clásica broma de tocar el timbre y salir corriendo, a la que él y sus amigos llamaban ring raje. Una actividad que, aunque inocente, lograba sacar de quicio a más de un adulto, sobre todo a su papá.
El gobernador también admitió que sus travesuras no sie