El régimen de Daniel Ortega y Rosario Murillo se apropió del Colegio San José, administrado por las monjas josefinas en Jinotepe, Carazo, alegando que en esas instalaciones se torturó y asesinó al militante sandinista Bismarck Martínez durante las protestas de 2018.
La medida, que afecta a unos 600 estudiantes, forma parte de la ofensiva de la dictadura contra instituciones católicas que el gobierno ha intensificado en los últimos años.
La propia Rosario Murillo confirmó la noticia el mediodía del 12 de agosto, en su habitual intervención en medios oficialistas. Aseguró que el centro educativo sería “trasladado al Estado” y rebautizado como “Héroe Bismarck Martínez”.
Según su versión, durante la “criminal ocupación” de Jinotepe en 2018, grupos opositores atrincherados usaron el co