Horacio Grasso, exintegrante de la Policía de Córdoba, fue condenado en 2009 a 27 años de prisión por la muerte de Facundo Novillo Cancino, un niño que recibió un disparo durante un intento de robo en barrio Colonia Lola. Sin embargo, pese a su prontuario y a múltiples sanciones dentro del sistema carcelario, logró beneficios judiciales que lo mantuvieron en libertad domiciliaria durante los últimos años.

A lo largo de casi dos décadas, Grasso acumuló denuncias por violencia, amenazas y violaciones a las condiciones de su arresto. Informes oficiales lo describían como un preso con conducta "pésima" y 17 sanciones disciplinarias. Aun así, recibió prisión domiciliaria en varias oportunidades, siempre con aval judicial.

El hallazgo en el placard

El 4 de julio, dos jóvenes contratados para

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