La semana pasada se cumplieron ochenta años de los únicos bombardeos atómicos hasta hoy. El 6 de agosto a Hiroshima y el 9 a Nagasaki. La bomba Little Boy lanzada sobre Hiroshima, mató entre setenta y ciento cuarenta y seis mil personas, en su mayoría civiles, acabó con el 70% de las edificaciones, entre ellos cuarenta y dos hospitales, sólo tres instalaciones sanitarias quedaron en pie, pero sobrevivió nada más el 10% del personal médico total de la ciudad. La bomba Fat Man lanzada en Nagasaki mató entre treinta y nueve mil y noventa mil personas, también civiles en su mayoría. La contabilidad es imprecisa, pero se estima que el total de víctimas mortales del instante estuvo alrededor del cuarto de millón.
Las secuelas son peores. La radiación ocasionó leucemia, cáncer de mama,