Phnom Proek, Camboya

Un biólogo podría dedicar en vano toda su vida a buscar nuevas especies animales. A un equipo que exploraba los karsts de piedra caliza en Camboya le tomó una sola noche encontrar tres.

El trío de gecos recién descubiertos ilustra la increíble y, a menudo, ignorada biodiversidad en estos paisajes de belleza agreste, así como los riesgos que representa el apetito de la industria del cemento por la piedra caliza.

"Puedes entrar en una cueva, recoger algunos especímenes y es muy probable que algunos sean nuevos para la ciencia. Ese es uno de los aspectos mágicos de los ecosistemas kársticos", explica Pablo Sinovas, director de la ONG Fauna & Flora en Camboya y especialista en serpientes.

Los paisajes kársticos, como los famosos salientes de la bahía de Halo

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