Cada golpe de pico que alguna vez resonó en Uspallata , La Carolina o Famatina dejó algo más que piedra removida: dejó historia, leyendas y un legado que aún vibra bajo tierra. Hoy, esos escenarios sobreviven como circuitos turísticos que invitan a viajar por la Argentina minera , a sumergirse en un pasado de aventuras, sacrificios y sueños de fortuna.
En estas tres localidades, los túneles parecen infinitos, como venas que atraviesan la montaña y susurran relatos de oro, plata y cobre. Se trata ni más ni menos que de pueblos que conservan vestigios de un pasado que moldeó su identidad y que a día de hoy reflejan un compromiso vivo con la cultura local y el turismo rural. Cada pasaje, cada pared marcada por el trabajo humano, transporta a los visitantes a un tiempo en el que la