
Elegir la mejor película de la historia del cine es una cuestión que siempre genera debate entre aficionados y profesionales. Cada cinéfilo tiene su referencia personal, y aunque títulos como El padrino o Ciudadano Kane suelen aparecer en estas listas, Tom Hanks sorprendió hace más de treinta años al manifestar cuál era, para él, la obra cinematográfica definitiva.
Durante la ceremonia de los Oscar de 1992, el actor fue el encargado de presentar el premio honorífico a Ray Harryhausen , maestro de los efectos especiales y figura clave en la animación stop motion. En ese contexto, Hanks señaló a Jasón y los argonautas (1963) , dirigida por Don Chaffey , como “la mejor película jamás hecha” .
La elección del actor, que ya entonces acumulaba gran prestigio en la industria, estuvo marcada por la influencia de Harryhausen, responsable de animar las criaturas del filme con técnicas artesanales que resultaron pioneras en el género fantástico. Producciones posteriores como Pesadilla antes de Navidad o Kubo y las dos cuerdas mágicas continuaron el legado de este método de animación.
En su discurso, Hanks declaró: “Algunas personas dicen Casablanca, Ciudadano Kane… yo digo que Jasón y los Argonautas es la mejor película jamás hecha”. La cinta se ha mantenido como un referente por secuencias emblemáticas como la batalla contra los siete esqueletos o la aparición del gigante Talos.
El largometraje narra la historia de Jasón, héroe de Tesalia, engañado por el usurpador Pelías para emprender la búsqueda del vellocino de oro en la lejana Cólquida. Para la misión reúne a una tripulación de élite y debe enfrentarse a todo tipo de peligros y criaturas mitológicas. Según la trama, Zeus únicamente intercede en cinco ocasiones a lo largo de su viaje.