Lo que estamos viviendo en el Noroeste se veía venir, y ha llegado. El cambio climático ya lo tenemos aquí, es evidente tanto para el que lo quiera ver, como para el que no. Ya el pasado verano de 2024 fue excepcional por el elevado número de noches templadas, pero este verano de 2025 está siendo absolutamente disparatado. Habrá que esperar a los datos estadísticos oficiales, pero si no se ha batido el récord de temperatura máxima, sin duda se ha batido el de número de días seguidos con máximas por encima de 30ºC, y el de escasez de precipitaciones: desde el 1 de junio hasta el 15 de agosto, apenas ha llovido nada en estos altos valles cantábricos. Pero el problema del cambio climático se junta con el asilvestramiento de los montes. Nuestros montes, a lo largo de los últimos 50 años, de la

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