Falleció hace poco en Pasto doña Lydia Rosas de Noguera. Ella siempre utilizó el “de”, cosa que ya no es costumbre, pero que de alguna manera resume un respeto familiar, un estilo nominal, una manera de ver las cosas y, sobre todo, una época en nuestra sociedad. Doña Lydia dejó para la ciudad un establecimiento que es hoy por hoy, emblema turístico: el Guadalquivir. Y esto que voy a contar es cómo se convirtió en semejante referencia. A finales de los años 60, San Juan de Pasto era muy costumbrista y clerical. 120.000 habitantes censados, poquísimos hoteles, escasos restaurantes, más cantinas que cafeterías, poco más de 60 buses urbanos, muchas calles sin pavimentar y contados semáforos. Ciudad pequeña de cigarrillo, cerveza, café y aguardiente. En suma, una ciudad con muchas necesidades

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