Con el paso del tiempo, es común que las puertas del hogar pierdan su brillo original y empiecen a lucir apagadas o con manchas difíciles de quitar. La primera idea que suele aparecer es recurrir a la pintura, un gasto que no siempre es necesario y que demanda tiempo y esfuerzo.
Sin embargo, existe un truco casero muy simple que devuelve el aspecto renovado a las puertas utilizando apenas tres ingredientes económicos y fáciles de conseguir. La clave está en preparar una mezcla de limpieza que, además de remover la suciedad acumulada, aporta brillo y una agradable fragancia.
No hace falta recurrir a productos abrasivos ni a soluciones costosas del mercado: con agua tibia, jabón líquido y suavizante de ropa es suficiente para lograr resultados sorprendentes. Esta combinación no solo