Desde el 22 de agosto, el Sol ingresó en Virgo y con él se activa una energía de análisis, precisión y necesidad de coherencia. En astrología , este tránsito representa un llamado a ordenar no solo lo externo, sino también lo interno: rutinas, vínculos, prioridades y emociones. Es un momento propicio para tomar decisiones con claridad, revisar lo que se ha postergado y enfrentar verdades que ya no pueden ocultarse.
Virgo se asocia con el detalle, la lógica y el servicio. Bajo su influencia, cada signo del zodíaco vivirá un proceso distinto, pero con un hilo común: la necesidad de poner en palabras lo que antes se intuía y de actuar con responsabilidad emocional. Lo que queda del mes se presenta como una oportunidad para transformar el caos en estructura, y la duda en certeza.
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