Durante mucho tiempo, se creyó que la placenta era una barrera infranqueable entre la madre y el feto, una especie de escudo que protegía a ambos de cualquier intercambio celular. Sin embargo, con el tiempo, la ciencia ha demostrado que esa barrera es permeable. A través de ella, algunas células del feto cruzan al cuerpo de la madre y permanecen en el torrente sanguíneo de esta durante año s, incluso de por vida. Este fenómeno se conoce como microquimerismo fetal. Para muchos expertos, representa un vínculo tan profundo como insospechado, una forma de maternidad que persiste más allá del parto, más allá del lazo emocional que une a la madre con su bebé y que demuestra que el embarazo es una transformación en todos los niveles.
«El microquimerismo fetal es un fenómeno fascinante y aún po