“Es la dramaturgia previa a la tormenta”, resume a La Vanguardia Huascar Pacheco Ortega, especialista en conflictos sociales de la Universidad Católica de La Paz, para describir la incertidumbre que rodea a las elecciones presidenciales bolivianas. Después de una serie de manifestaciones - la última de ellas, en junio, dejó ocho muertos, incluidos cuatro policías-, la ciudadanía boliviana quiere pasar página. “Muchos esperan que el 17 de agosto marque el inicio de la resolución de todas las crisis actuales”, observa Pacheco.

Sumidos en una grave crisis económica e institucional, cerca de ocho millones de votantes irán este domingo a las urnas. En julio, la inflación alcanzó el 24,9 %, un récord en 34 años, según Bloomberg. La escasez de dólares, el alza de los precios y la falta de combus

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