Está claro que los bares madrileños son un mundo aparte donde a la gente ni le extraña que pidas agua del grifo para beber , pero además tienen un conjunto de palabras que nadie fuera de la Comunidad entendería.

Centrándonos en la capital hay una de seis letras que hasta cambia el significado. En gran parte de España dicen que van «un poco chispa» cuando se emborrachan.

En cambio, los madrileños usan chispa para justo lo contrario: para esos días que van al bar de confianza pero deciden que no quieren probar ni una gota de alcohol.

Qué significa la palabra ‘chispa’ en los bares madrileños

En la jerga madrileña, decir «ni chispa» es la forma más coloquial de afirmar que no se ha probado ni una sola gota de alcohol . Por ello, frases como «Hoy no bebo, ni chispa» o «Llevo todo el verano sin chispa» se escuchan a menudo en bares, comidas familiares o reuniones con los amigos.

EL origen de la expresión es bastante común, ya que simplemente es una referencia a la propia imagen que tenemos de una chispa . Es decir, algo diminuto.

Al hablar de que no han bebido «ni chispa» quieren destacar que ni la cantidad más ínfima de alcohol que te puedas imaginar ha entrado en su cuerpo.

Por ello su significado no está directamente vinculado con el alcohol, pero lo cierto es que en Madrid se asocia directamente y todo el mundo entiende a qué se refiere.

Por qué el resto de españoles no entienden esta palabra de los bares de Madrid

Lo más normal es que alguien de fuera de Madrid no entienda la expresión, ya que chispa se asocia a otras ideas muy distintas.

En un sentido literal quien lo oiga va a pensar en encender un fuego, en un destello o en que el congelador del bar tiene un cortocircuito. Si intenta buscar un símil en la hostelería tampoco entenderá nada.

De hecho, en otras regiones de España lo normal es escuchar a la gente decir que va «un poco chispa» si se ha emborrachado . Es decir, es prácticamente lo contrario.

Otra expresión que diferencia a los verdaderos madrileños del resto

Está claro que los madrileños han desarrollado un lenguaje propio en los bares. Por ejemplo, allí tienen una medida de cerveza particular: el doble . Sin embargo, hay otra expresión que los distingue por completo.

Quizás por ese ritmo frenético al que sólo ellos están acostumbrados, en Madrid tienen una tendencia a acortar las palabras todo lo que pueden . Hasta el punto de que alguien de fuera no les entendería.

Un ejemplo de esto ocurre con las abreviaturas que utilizan para algunos establecimientos famosos. Por ejemplo, ellos no dicen «vamos al McDonald’s », sino que apuestan por «vamos al Macas » .

Lo mismo ocurre con el bar de los 100 Montaditos , que ha sido rebautizado por los madrileños como el 100 Mon . Obviamente estas expresiones no están reconocidas y siempre queda la duda: ¿De verdad ahorran tanto tiempo? Al menos sirve para diferenciar a alguien criado en la capital.